El miedo del emprendedor

Extraído del libro - El Arbol Rojo del Multinivel y las Ventas Directas.
Este libro es una verdadera joya para nuestra industria.

El miedo: una plaga que sólo existe en nuestra mente Los miedos pueden paralizarlo en su camino hacia el éxito. Es importante que los conozca para estar preparado y enfrentarlos, porque la mayoría son imaginarios Lo que para la naturaleza son las plagas, para el empresario del Multinivel y las Ventas Directas son los miedos. Una plaga detiene el crecimiento e incluso puede matar a un árbol. Un miedo que no se combate con la acción puede evitar el desarrollo de alguien destinado a ser Árbol Rojo. Me detengo ahora para exponer los miedos que con más frecuencia paralizan el crecimiento de los negocios en red:

1. Miedo al dinero Un alto porcentaje de las personas inician un proyecto como éste porque buscan un segundo ingreso. Sin embargo, muchas otras temen al dinero. Lo necesitan pero al mismo tiempo les molesta la palabra “rico”. Por increíble que parezca, hay personas que están en contra del dinero porque lo consideran el causante de todos los males del mundo y la perdición de muchos. El dinero es sólo un instrumento. Se puede usar bien o mal, depende de quien lo posea. Hay quienes opinan que sólo siendo pobres alcanzarán el paraíso. Esto, desde mi punto de vista, es absurdo. Si usted es creyente, Dios le ha ofrecido la libertad y el universo lleno de riqueza para que usted las aproveche. Entiéndalo de una vez: Él no quiere que usted sufra escasez… a menos que usted insista. Reflexione: ¿Qué decisiones ha tomado y cuáles ha dejado de tomar para estar donde ahora se encuentra? Si quiere mejorar ésta situación, requiere cambiar sus hábitos desde ahora y su relación con el dinero.

2. Miedo a empezar Conozco cientos de historias de personas que han dicho querer empezar un negocio de redes y todo ha quedado en eso: un dicho. El miedo a empezar algo diferente les ha impedido dar el primer paso. Llegan incluso a firmar su inscripción y hasta ahí se quedan. Es frecuente escuchar el argumento en el que aseguran estarse preparando para no cometer errores y empezar “como debe ser” porque no les gusta hacer mal las cosas. Esa excusa es tan inteligente que convence a todos ¡menos a quien la dice! Este miedo se alimenta desde la infancia en las escuelas, en la que el método educativo premia la perfección y castiga los errores, siendo que la madre de la habilidad es precisamente la experiencia. Y la experiencia trae siempre consigo intentos fallidos, procesos que no funcionaron, viene plagada de errores cometidos ¿O cómo cree que se descubren las vacunas? A través de la experimentación, de formas equivocadas de curar, ¡hasta que se acierta! ¡Antes de hacer las cosas bien, primero hay que experimentar, aunque hagamos las cosas mal! ¡Y eso está bien! Si usted nunca ha tocado el piano y lo ponemos frente a uno, usted no esperará que de sus dedos se desprenda una pieza de Chopin. Si usted quiere aprender a tocar piano, primero tocará torpe y erróneamente pero eso en consecuencia, le irá dando la experiencia para ir poco a poco tocando mejor. El secreto es empezar ahora y aprender en la acción, porque no hay teoría que tire por la borda lo que la realidad demuestra con hechos. Sea práctico. Empiece ahora con lo que sabe (de preferencia, de la mano de su entrenador, de quien le invitó a participar, o en su defecto, del sistema de entrenamiento que le haya sido proveído para comenzar) y poco a poco irá dominando lo que se requiere para tener éxito.

3. Miedo a la crítica El único momento en el que nuestros críticos más severos estarán dispuestos a elogiarnos, será el de nuestro funeral. Mientras estemos vivos y haciendo cosas, siempre habrá alguien dispuesto a criticarnos. Si usted no quiere que lo critiquen en la vida, la tiene fácil: no haga nada, no diga, no sea nadie, no viva… mientras haga, diga, sea y viva, lo van a criticar. Por eso yo pienso: “Si me van a criticar, que sea por algo que valga la pena”. La crítica es parte del éxito. Es importante que lo asimile porque hasta este momento, la vida me ha demostrado que es así. El Árbol Rojo deberá responder ¿a quién tengo que agradar realmente?, ¿cómo voy a tomar los comentarios de todo aquel que me critique porque hago un negocio de redes?, ¿cómo responder a esa persona que me critica pero no aporta nada para el sostenimiento de mi familia y mucho menos para mi futuro? Una respuesta que me ha funcionado, cuando mis críticos me hacían cuestionamientos al comienzo de mi carrera, era preguntarles: Si esto no funciona, entonces ¿qué funciona? Ya verá cómo esta pregunta rara vez será respondida.

4. Miedo al cambio Para cepillarnos los dientes no necesitamos que nadie nos motive cada mañana, ¿verdad? Pero, ¿utiliza el hilo dental? Poca gente lo hace. Yo tampoco lo hacía hasta que mi dentista me enseñó una frase: “No es necesario que te pases el hilo dental por todos los dientes, sino sólo por aquellos que desees conservar”. Gracias a esa frase decidí incluir en mi rutina el uso de hilo dental por lo menos un mes. Hoy, ya es un hábito y no necesito recordármelo, ya es automático. Estudios psicológicos (y nuestra experiencia) demuestran que sólo necesitamos repetir entre 21 y 25 veces una acción para que ésta se convierta en un hábito. De tres a cuatro semanas son suficientes para que nos acostumbremos a hacer algo o a dejar de hacerlo. Bueno o malo. Le reto a comprobarlo. Al principio, un hábito es como un brote en el árbol, pequeño, sensible y frágil. Si repetimos la acción es como si nuevos brotes fueran apareciendo y éstos, poco a poco, van fortaleciéndose y conformando hojas, brazos y tupidas ramas.¿Qué hábitos se compromete a iniciar desde ahora y mantenerlos por lo menos 21 días sin excusas ni pretextos?

5. Miedo al éxito Destacar en alguna actividad en la niñez, por lo general, pone a cualquiera a merced de la burla y los duros señalamientos de los compañeros. También, en ocasiones, el temor de nuestros padres nos fue transmitido en su intento por proteger nuestra integridad. En general, a lo largo de la vida hemos crecido en un entorno que no alienta la iniciativa y el triunfo, sino la medianía, por no decir el estancamiento. Un negocio de redes le brinda a usted la oportunidad de permitir que todo su potencial se exprese y explote favorablemente, que aprenda a manejar el miedo al rechazo y la inseguridad que viene acompañada de todas esas ideas erróneas. Usted es un Árbol Rojo. Nada impide que logre su éxito. No permita que otros limiten su crecimiento cortando sus raíces y podando sus ramas, muchas personas lo quieren ver como un bonsái (árbol miniatura japonés) pero su semilla es la de un árbol enorme. Su naturaleza está en crecer grande.

6. Miedo a perder el estatus Una de las compañías más importantes del Multinivel en el mundo, registra en Oriente un crecimiento impresionante. Son muchos los atributos propios de aquella raza. Quizá algunos de los más importantes sean el compromiso y el cultivar su ser. En los países occidentales, somos más dados a aparentar, a mandar mensajes a los otros. Estar hasta cierto punto en el mundo de la simulación y el autoengaño es forma de vida común para muchos. Los protocolos, las formas y los ritos sociales son nutridos por las universidades y esquemas educativos tradicionales. Hay, inclusive, múltiples libros sobre manejo de imagen. Las librerías están plagadas de bellos rostros y cuerpos esculturales, de estilos de vida rosas y perfectos, donde los condes y las princesas de apellidos impronunciables dominan lo que “debe ser” , lo que es ser “exitoso”. Pero, con todo lo que usted ya sabe de la vida, ¿cree que eso es lo que en realidad funciona? Involucrarse en un negocio de redes muchas veces es lo que se considera como última opción, por temor al qué dirán. Un negocio de redes es mucho más que un intercambio de productos y dinero; es una posibilidad muy grande para el desarrollo y crecimiento de las personas en todos los aspectos. La falta de autoestima se refleja en ese miedo a perder el estatus. El concepto que tenemos de nosotros mismos está sujeto a la opinión de otra gente, de forma tal que depositamos nuestra estabilidad emocional en manos de otros. Desde mi punto de vista, eso es algo muy parecido a una vida de esclavo. El Árbol Rojo sabe lo trascendente que puede ser su vida y el impacto que puede tener en la de los demás si toma la decisión de ser fiel a sus convicciones y no rendirse en el intento hasta lograr sus objetivos.

7. Miedo a arriesgarse Busco con frecuencia leer el poema “Instantes” de Jorge Luis Borges, para no olvidar que la vida está hecha de momentos y que cada uno de ellos alberga un riesgo pero también una oportunidad. Muchas personas en los negocios no arriesgan y entonces tampoco ganan. En la vida no hay seguridad, sólo riesgos y oportunidades. Sucede igual, por supuesto, en los negocios de ventas por redes; quienes han ganado es porque se han arriesgado. No hay nadie que haya ganado sin arriesgar nada. Usted ganará en este negocio –y en la vida– solamente aquello que esté dispuesto a pagar en la misma proporción de riesgo. Arriésguese, pero hágalo con sentido común y responsabilidad. Pregúntese: ¿Qué riesgo asumiré en mi negocio para lograr los resultados que deseo alcanzar? En proporción o comparación con cualquier otro negocio tradicional, el riesgo es tan pequeño que tal vez el mayor problema que exista sea el no hacerlo.

Termino con una frase mia que hace mucha gracias en mis presentaciones y capacitaciones.

Si tiene miedo COMPRESE UN PERRO.


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